Lo que necesitamos (para unas cuatro raciones)
Para la masa
- 100 g de harina
- una pizca de sal
- unos 35 ml de agua ( hay que observar la consistencia del amasado)
- 25 g de margarina o de aceite de oliva
Para el interior
- 2 huevos
- 100 ml de nata o leche ( yo eché leche)
- 1 rama de brécol previamente hervida y fría
- un buen puñado de nueces partidas de forma tosca
- unos trozos de queso suave y blando, que no sea curado (que se funda bien)
- sal
- pimienta
- nuez moscada
Forma de hacerlo
La masa
Se pone la harina en un bol y se echa la sal, la margarina fría y el agua fría. Se amasa con la mano hasta conseguir una textura homogénea ( no es necesario amasar mucho), se hace una bola y se coloca tapada con plástico de cocina en la nevera una media hora o más (para que se relaje la masa).
Pasado este tiempo, echamos harina sobre una superficie limpia y lisa. Extendemos la masa con un rodillo hasta tener unos 3 mm más o menos.
Se coloca sobre una fuente baja de horno, se pincha su base con un tenedor ( para que no suba) y se cuece a 180º C o unos 15 minutos ( ya la tuve 20 minutos). Reservamos.
Para el interior
Batimos los dos huevos y le añadimos la leche o nata. Mezclamos bien y añadimos pimienta molida y nuez moscada. A continuación mezclamos con esta crema el brécol troceado, las nueces colocadas sobre la superficie, los trozos de queso y lo vertemos en el interior de nuestra base de masa quebrada previamente cocinada. Por último, al horno a 200º C unos 30 minutos (recordad que hay que pinchar el contenido y hasta que no salga ese pincho limpio no está hecha). A mí me llevó 40 minutos.
Algunas consideraciones.
Si queréis una masa más sabrosa poned mantequilla.Si os apetece un sabor más fuerte intentad con otro queso que lo incremente.
¡Espero que os guste!